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La gran encrucijada de James: Real Madrid y el futuro de su carrera

Su contrato con el club español es una traba para cambiar de equipo. El tiempo juega en su contra.



Se podría tomar el pedido de no ser convocado para el partido contra Athletic de Bilbao, como la entrada en rebeldía más diciente de James Rodríguez en el Real Madrid. El técnico Zinedine Zidane accedió, pues ha demostrado que el colombiano no está entre sus prioridades dentro del plantel, y así se quita un dolor de cabeza entre tanta polémica que envuelve la relación entre ambos.

Sin embargo, la decisión que tomó James también podría atentar contra su carrera, las posibilidades en el mercado, su nivel de juego e incluso, su precio para una futura negociación. Y es que el volante cafetero quedó en una gran encrucijada, pues su contrato con Real Madrid tiene vigencia hasta junio de 2021, pero él quiere jugar ya y no ve voluntad política de Florentino Pérez en dejarlo marchar fácilmente.

La cosa está así: Real Madrid sabe que tiene que sacar algo de dinero del millonario fichaje de James, por el que pagó unos 80 millones de euros al Mónaco en 2014. Si bien el jugador está devaluado, haría una operación que ronde los 22 millones; pero no hay muchos equipos que quisieran pagar ese dinero y de paso asumir la carga salarial que acarrea el ‘10’ de la Selección Colombia.

El jugador quiere cambiar de equipo lo más pronto posible, pues quiere tener minutos y sentirse protagonista de nuevo; pero entiende que en la dirigencia merengue no van a dar su brazo a torcer muy fácil y tendrá que pensar si es mejor forzar su salida a final de año, o cumplir con su contrato así tenga que sufrir 6 meses más por la actitud de Zidane hacia él.

¿Por qué aguantar más suplencia? Fácil, desde enero de 2021, James ya puede -legalmente- negociar con cualquier club su futuro. Es decir que ya podría arreglar un nuevo contrato como jugador libre, a sabiendas que en julio ya estará desvinculado de la casa blanca. Lo que significaría una operación sin dividendos para el Madrid, mucho más provechosa para el colombiano, desde la parte económica, pero que costaría ‘lágrimas de sangre’ sentado en un banquillo, incluso apartado de convocatorias, mientras espera que le suelten sus grilletes.

Así, y solo así, podría, por ejemplo, llegar al Atlético de Madrid sin que el club colchonero tenga que hacer un gran esfuerzo económico, y pueda evitar un cruce con el equipo contrario. De lo contrario, parece casi imposible llegar al ‘Aleti’, pues el orgullo madridista no lo dejaría ser refuerzo del rival de patio. Incluso facilitaría las cosas para tratar de retomar su carrera en cualquier equipo europeo, pues al quedar libre todo es más fácil para negociar.

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